Recomendaciones para hacer un buen uso de las tecnologías

El uso temprano de las nuevas tecnologías tiene un impacto en el desarrollo cerebral de nuestros pequeños. Desde PsiqAT queremos contarte darte algunas claves para un uso más saludable.

La tecnología ha irrumpido en nuestra vida de una forma muy rápida. En apenas dos décadas la forma de entender el mundo y de cómo este funciona, ha cambiado. Las nuevas generaciones, ya no conocen el mundo sin una pantalla de por medio y aprenden a utilizarlas con una facilidad que impresiona.

Por este motivo, actualmente, existe una amplia investigación para conocer cómo la tecnología interviene en el desarrollo cerebral de nuestros pequeños para aprender a hacer un buen uso de las mismas. Al final, las tecnologías no son el “problema” sino el uso que le damos a las mismas, que como con todo, puede jugar a nuestro favor o en nuestra contra.

Existen efectos negativos que se destacan por el uso inadecuado de la tecnología en el desarrollo cerebral de los niños:

  1. El exceso de tiempo usando pantallas o cuando el contenido no es de buena calidad se correlaciona con un empeoramiento del rendimiento y de las tareas cognitivas (memoria de trabajo, razonamiento, planificación, atención…) con respecto a aquellos niños que no hacen este tipo de uso.
  2. Las habilidades sociales y emocionales, así como, el coeficiente intelectual también se ven afectados. Esto se debe a que los niños dejan de jugar con otros niños, reduciendo la interacción entre ellos. También disminuye la creatividad y la imaginación (mundo abstracto).
  3. Este último punto se relaciona de forma directa con el aumento de probabilidad de que estos niños sean posteriormente adolescentes y adultos jóvenes con una inteligencia social y emocional más pobre.
  4. Al existir una menor interacción social se genera habitualmente una menor capacidad lingüística.
  5. Al no existir espacio para el aburrimiento por ocuparlo con el uso de pantallas se generan conexiones neuronales pobres.

Por otra parte, la tecnología también tienen sus efectos positivos al hacer un buen uso de ellas. Entre ellos encontramos:

  1. Se facilita la interacción de los niños con el conocimiento, las artes y las ciencias. Haciendo un buen uso, con la interacción de estímulos naturales y virtuales puede generar conexiones neuronales enriquecidas.
  2. Un uso adecuado puede generar adultos más preparados para la gestión de los cambios que vayan surgiendo en la vida.
  3. La tecnología conecta. Por ello, puede enriquecer las relaciones personales (amigos, familia…) que están lejos. Esto mejora el vínculo y el desarrollo afectivo de los más peques, mejorando el ámbito lingüístico y de otras capacidades cognitivas.

No obstante, estamos en el comienzo de una larga investigación acerca de las consecuencias de los diferentes usos de las tecnologías en el desarrollo de los más pequeños.

Niños jugando con las pantallas en vez de entre ellos

La OMS (Organización Mundial de la Salud) no recomienda el uso de pantallas hasta que los niños pasen los dos años de edad. Asimismo, no se recomienda el uso de las pantallas durante más de una hora una vez se supera esa edad y hasta los cinco años. Una vez superan esa edad, hay que comenzar a dialogar con los pequeños sobre el uso y marcar algunos límites.

Recomendaciones para un buen uso de la tecnología para progenitores

  1. Hablar de forma abierta con los hijos sobre el peligro de internet y el uso que se hace de ello.
  2. Enseñarles a distinguir páginas web seguras de las que puedan no serlo.
  3. Utilizar un software de control parental que permita la restricción y la supervisión del uso de internet que hacen los hijos.
  4. No instalar cámara web y en caso de tenerla, restringir su uso con una clave de seguridad.
  5. Advertirles del peligro de acoso existente en las redes y en internet, enseñándoles a distinguir señales de peligro y prender a bloquear en estas situaciones.
  6. Advertir sobre la importancia de la privacidad y distinguir que contenido se puede compartir o no (datos personales, fotografías, contraseñas…).
  7. En el caso de los adolescentes evitar prohibir su uso, ya que esto puede ser contraproducente. Es mejor negociar y comunicarse para pactar unas normas de uso.

Recomendaciones para un buen uso de la tecnología para adolescentes

  1. Procura acotar los momentos y espacios en los que las utilizas, podrías llegar a aislarte.
  2. Es recomendable practicar alguna actividad física durante, al menos, una hora diaria.
  3. Intenta compartir ratos de ocio sin pantallas de por medio, es muy enriquecedor.
  4. Evita las pantallas antes de acostarte.
  5. Cuida los datos que compartes por internet o por redes sociales, así como, las imágenes y material audiovisual.
  6. Trata de tener siempre un antivirus en tus dispositivos que protejan tus datos personales.
  7. Procura evitar aquellas páginas que no son seguras.

Esperamos que te haya servido el artículo para poder adecuar el uso de las tecnologías con los más pequeños que tenemos cerca y a darnos cuenta de la responsabilidad de hacer un buen uso de las mismas, ya que sino puede tener consecuencias en el medio y largo plazo. No obstante, ante cualquier duda o demanda no dudes en contactar con nuestro equipo. En PsiqAT siempre estaremos encantadas de acompañarte.

8 Claves para elegir un buen psicólogo/a

¿Alguna vez te has planteado ir a terapia, pero no sabes cómo buscar un buen psicólogo/a para comenzar tu proceso de terapéutico? Desde PsiqAT, queremos darte algunas claves para ayudarte en ese proceso de búsqueda.

El momento de tomar la decisión de ir a terapia es delicado y muy valiente, ya que supone abrirse a trabajar y descubrirse a uno mismo, así como, hacia el profesional de la psicología que te guía y acompaña en ese proceso. Es por ello que, elegir un buen terapeuta es una clave muy importante para que la terapia funcione. Por ello, te queremos dejar unos consejos para facilitarte, en la medida de lo posible, este proceso de búsqueda y selección que genera tanta incertidumbre:

  1. Infórmate de la formación de los profesionales que conforman el equipo y, más concretamente, del terapeuta que podría serte asignado. Es importante que te acompañen en tu proceso profesionales cualificados y con las habilitaciones pertinentes para poder trabajar contigo.
  2. Investiga y pregunta acerca de qué corriente psicológica es con la que van a estructurar tu evaluación e intervención, existen muchas corrientes de la psicología con diferente validez y evidencia empírica.
  3. Pregunta en las primeras sesiones cómo va a ser tu proceso psicológico, habitualmente se suele estructurar en una serie de fases (evaluación para conocer a la persona, realizar una devolución de información después de la evaluación y tras esto, acordar unos objetivos a trabajar en la fase de intervención).

  1. Es importante que el psicólogo/a esté colegiado oficialmente en el Colegio Oficial de Psicólogos.
  2. Ten en cuenta qué especialización pueda tener el profesional, siempre es conveniente buscar profesionales más especializados en dificultades específicas. Por ejemplo, si tienes síntomas relacionados con la ansiedad sería conveniente que buscaras un psicólogo/a especializado en ansiedad.
  3. Observa las reseñas y comentarios de las experiencias que otras personas hayan podido experimentar con ese profesional o en ese gabinete de psicología.
  4. Navega por las redes y por la página web para poder encontrar todo este tipo de información y, si no la encuentras, contacta con el profesional o gabinete para resolver todas tus preguntas. Es positivo que queden claras las tarifas que corresponden al servicio que vas a contratar.
  5. Si acudes a una primera sesión gratuita en la que quieres decidir si continuar o no, haz caso de las sensaciones que tienes con el terapeuta, el vínculo entre el paciente y el terapeuta tiene gran peso en el éxito de la terapia.

Desde PsiqAT esperamos que te sirvan estos consejos para poder elegir el mejor profesional para iniciar tu proceso de terapia. No olvides que contamos con un equipo de psicólogas especializadas en diferentes áreas de intervención para podernos adaptar a tu proceso para que progreses de la mejor manera, ¡no dudes en pedir tu primera cita telefónica gratuita!

¿Te atreves a comunicarte con tus emociones?

Identificar y entender cuál es el papel que desempeñan las emociones es de gran importancia para el desarrollo de una adecuada inteligencia emocional. Por ello, desde PsiqAT queremos contarte un poco más acerca de las emociones.

Las emociones son adaptativas, de carácter innato y nos han permitido sobrevivir a lo largo de la historia. Tienen una función cada una de ellas y, por ello, es tan importante saber identificarlas, comunicarnos con ellas y escucharlas. Por ejemplo, el miedo, nos hace responder ante el peligro. La ira nos permite defendernos ante una situación de injusticia y así un largo etcétera. Imagínate qué habría pasado si no hubiéramos tenido emociones a lo largo de toda la historia de la evolución, probablemente, hoy día yo no habría redactado este artículo y tú, no lo estarías leyendo.

Una emoción es un estado psicológico complejo que implica tres componentes distintos:

-Una experiencia subjetiva (cómo las sentimos)

-Una respuesta fisiológica (dónde y de qué forma se manifiestan)

-Una respuesta conductual o expresiva (una reacción ante dicha emoción)

Para poder comenzar a comunicarnos con nuestras emociones es imprescindible, en primer lugar, saber identificarlas. Existen dos tipos de emociones, las primarias y las secundarias.
Emociones primarias (innatas):

-Ira: La ira aparece cuando percibimos que algo que queremos o deseamos no sale como esperábamos o cuando percibimos que alguien interfiere intencionadamente en la consecución de nuestros objetivos. Se relaciona con la rabia, el enfado o la frustración. Su función es de autoprotección.

-Alegría: La alegría se manifiesta cuando logramos aquello que nos proponemos y deseamos. Genera seguridad, sensación de bienestar y nos lleva reproducir esos comportamientos o acciones que nos hacen sentir bien. Su función es la de afiliación y reproducción.

-Asco: El asco aparece ante estímulos que nos resultan aversivos.
La función del asco es el rechazo, hace que nos alejemos de aquello que puede ser perjudicial para nosotros: enfermedades, basura, etc.

-Tristeza: La tristeza aparece ante la percepción de una pérdida. De ella derivan otras emociones secundarias como la soledad, el pesimismo, la decepción o la culpa. Su función es la reintegración personal, motivando a pedir ayuda y aumentar nuestros recursos.

-Miedo:  El miedo aparece ante situaciones o estímulos de carácter amenazante o peligroso. Esta percepción de amenaza puede ser real o imaginada. De esta emoción surgen los sentimientos de inseguridad, ansiedad o incertidumbre. Su función es la protección tanto física como psicológicamente.

-Sorpresa: La sorpresa da desde la aparición de un estímulo inesperado. Genera sobresalto, desconcierto o asombro. Es la emoción más breve en su duración. Su función es de exploración y orientación.

Emociones secundarias (surgen de la combinación de las primarias y son aprendidas a lo largo de nuestra vida y a través de nuestras experiencias vitales) y vamos a poner algunos ejemplos:

-Vergüenza

-Culpa

-Bochorno

-Satisfacción

-Desprecio

-Entusiasmo

-Complacencia

-Orgullo

-Placer

Algunas emociones primarias

Una vez hemos podido ver cuáles son los tipos de emociones, si son innatas o aprendidas y cuál es su función, así como, identificarlas, vamos a ver cómo podemos comunicarnos con ellas para trabajar nuestra gestión emocional. Para ello, atrévete a hablar con ellas y hazles las siguientes preguntas: 

¿Qué emoción eres?

¿Por qué estás aquí?

¿Qué quieres comunicarme?

¿Cuál es tu función en este momento o situación?

Ahora esperamos que sepas de un modo más práctico cómo comunicarte con tus emociones y ver qué función están cumpliendo, así como, porqué han aparecido en nosotros y qué podría haberlas desencadenado. De esta forma podrá conocerte más a ti mismo y desarrollar aún más tu inteligencia emocional. De todos modos, si crees que necesitas ayuda para aprender a gestionar tus emociones o tienes algún tipo de dificultad relacionada, desde PsiqAT te animamos a que te pongas en contacto con nuestro equipo, podemos ayudarte a través de la práctica clínica o el acompañamiento terapéutico.

¿Has oído hablar alguna vez sobre la corresponsabilidad familiar?

En la actualidad, cada vez escuchamos hablar más hablar de corresponsabilidad familiar. Este término no es nuevo, sino que se ha vuelto a poner de manifiesto tras la pandemia y las consecuencias que ha generado, pero… ¿sabes exactamente en qué consiste? ¿sabes que factores influyen? ¿y los beneficios que aporta? A través de este artículo haremos un recorrido sobre los aspectos relevantes para llegar a este concepto. Por ello, si quieres profundizar en este aspecto, te animamos a continuar leyendo.

El término corresponsabilidad familiar surge de un concepto de equidad entre roles y reparto de tareas domésticas y dentro de la sensibilidad social, hace referencia a la igualdad entre hombres y mujeres, así como a una conciliación entre el ámbito laboral y social.

Cuando hablamos de sexo, hablamos de características biológicas y anatómicas y hablamos de género cuando hacemos referencia a aquellas diferencias que construimos a partir de las biológicas, como pueden ser las aptitudes, modos de comportarse.

¿Y qué pasa con los estereotipos? Cuando hablamos de estereotipos, hacemos alusión a los roles y papeles que se ha atribuido tanto a hombres y mujeres. Quizás en algún momento de tu vida has escuchado “los hombres no lloran” o “ir una chica sola con un grupo de hombres no está bien”. Pero… ¿qué papel le hemos dado a la mujer en todo esto? A lo largo de la historia, los estereotipos nos han impuesto ideas y conceptos en los que a la mujer se le sitúa como una persona dependiente, sensible, cuidadora del hogar y de las personas dependientes que viven en su domicilio…es decir, personas pasivas, principalmente. Estos roles y estereotipos, los hemos ido integrando a través de los agentes socializadores, como son: la familia, la escuela, el trabajo, el grupo de amigos y amigas.

Desde que somos pequeños, la sociedad nos dice que, si eres niña, tienes que ser compasiva y pasiva, y, si eres niño, tienes que ser competitivo. Y en el aspecto de distribución de tareas, las mismas se han ido dividiendo a lo largo de la historia, dependiendo de si eres hombre o mujer. A las mujeres, se le atribuían funciones relacionadas con el cuidado de personas en el ámbito doméstico y el hombre, salía a trabajar y sustentaba a la familia. Pero esto cambia cuando la mujer se incorpora al ámbito laboral.

Antes de hablar de corresponsabilidad, es importante matizar que, cuando nos referimos a las distintas facetas de la vida de una persona, nos referimos al ámbito personal, familiar y laboral.

Por ello, cuando hablamos de corresponsabilidad, hablamos de la distribución equitativa de tareas entre hombres y mujeres, así como de las personas dependientes bajo el cuidado de ambos.

¿Qué posibilidades tenemos para conciliar la vida personal, familiar y laboral?

El ideal es que tengamos un equilibrio entre los siguientes aspectos:

  • Situación personal y familiar: Cómo es nuestra familia, si hay reparto equitativo de tareas, cuántas de las personas del núcleo familiar trabajan, si existen hijos o personas dependientes, entre otros.
  • Las medidas de conciliación que tiene nuestra empresa: Si existe flexibilidad, sensibilidad y políticas de igualdad.
  • A través de los planes y la legislación, así como recursos establecidos para ello.

 

¿Y qué beneficios nos reporta?

Si eres mujer…

-No tienes que elegir entre trabajar o el cuidado de un familiar o hijo

-Tendrás más tiempo para ti

-En el trabajo, mayor disponibilidad para dedicarle tiempo o incluso promocionar

-Reducción del estrés.

Si eres hombre…

-Acceso a reducción de jornada o la hora de lactancia

-Gastos compartidos de la vivienda y posibilidad de poder cambiar de trabajo al trabajar los dos

-Oportunidad de estar con tu familia al disfrutar del permiso de paternidad

-Vincularte afectivamente con las personas que cuidas

La corresponsabilidad como hemos visto, depende de otros factores externos a la dinámica familiar, por lo tanto, no es tarea sencilla, ya que entran en juego otros aspectos como el ámbito laboral, que no dependen de nosotros. Asimismo, si necesitas apoyo en la organización, planificación y reparto de tareas en el domicilio familiar para mejorar la convivencia, desde PsiqAT, a través de la práctica del Acompañamiento Terapéutico podemos ayudarte. ¡No dudes en consultarnos!

 

Y tú…¿con qué estilo de liderazgo te identificas?

En el mundo de las organizaciones, el liderazgo se ha convertido en una habilidad cada vez más popularizada y exigida desde el área de Recursos Humanos, pero este, varía dependiendo de quién lo lleve a cabo. Según Daniel Goleman, existen diferentes tipos de liderazgo y cada uno de ellos, tiene sus pros y contras. A través de este artículo pretendemos darte a conocer los tipos que existen y profundizar en todos ellos y cuándo es conveniente ampliar uno u otro.

La capacidad de liderazgo se puede definir como aquella capacidad a través de la cual, una persona (líder), tiene el poder de transmitir a las demás un nivel de influencia lo suficientemente significativo como para que puedan alcanzar objetivos y/o metas bajo su tutela.

Existen diferentes tipos de liderazgo en el entorno de laboral, ya que una de las habilidades de la persona que lidera, es la capacidad de adaptarse al contexto y atender a las individualidades y características de la empresa. Es decir, no es válida la misma manera de liderar en una empresa que en otra, aunque la forma de trabajar sea parecida entre sí.

La cultura de la empresa, los objetivos que se persiguen o la personalidad de los superiores y empleados, entre otros factores, determinan qué estilo de liderazgo encaja mejor con la compañía. Dentro de algunas organizaciones, incluso, se desarrollan diferentes estilos de liderazgo según las tareas, los objetivos que se deben cumplir, la complejidad de la organización, así como, las exigencias de ese determinado momento.

Así pues, como todo depende del contexto en el que nos encontremos, si queremos exprimir al máximo la posibilidad de tener a un buen líder o lideresa al frente de un equipo u organización, en primer lugar, es necesario conocer los tipos de liderazgo, ya que no existe uno que sea claramente superior a los demás ni que sea universalmente bueno o preferible.

Es importante que tengamos en cuenta también, que en cada organización se pueden producir cambios a diferentes ritmos y niveles. Además de que, el estilo o tipo de liderazgo que ejercen los supervisores o los altos cargos en la empresa siempre tendrá consecuencias en los trabajadores, aunque no nos demos cuenta o confundamos estos efectos con la personalidad intrínseca de cada persona. Tener claro esto es clave, ya que los líderes son agentes que se encuentran en una posición privilegiada a la hora de influir sobre los demás, para bien o para mal.

Daniel Goleman, es un psicólogo norteamericano y autor conocido de la inteligencia emocional y plantea los siguientes 6 tipos de liderazgo cuya clasificación es la más utilizada y estudiada dentro de estas disciplinas y en el mundo empresarial para mejorar los dotes de líder.

  1. Liderazgo coercitivo o autoritario

El primero de los tipos de liderazgo según Daniel Goleman se basa en la disciplina y en poner este valor por encima de otros. Para ello, normalmente los directivos emplean instrucciones cortas, concretas y precisas. Además, las consecuencias de no cumplir con lo encargado serán duras y en muchos casos intentarán sentar precedente, constituirse como un aviso para aquel que tenga la tentación de relajarse o de no seguir lo pautado. Esto desencadena en una gran desmotivación general, al sentir como trabajador que no tienes control sobre tu trabajo, ni capacidad de decisión. No obstante, este tipo de liderazgo es ventajoso en situaciones de emergencia o situaciones límite, en las que no hay cabida a error.

  1. Liderazgo afiliativo

Este tipo de liderazgo, según Daniel Goleman, se basa en la creación de lazos entre los distintos miembros del grupo. Hablamos de un tipo de liderazgo que busca, sobre todo, un buen ambiente laboral a través de unas buenas relaciones personales, entendiendo esto, como una motivación para los trabajadores.

La principal dificultad que encuentra este tipo de líderes surge cuando la falta de disciplina y de organización es muy grande. Así como cuando se generan conflictos, ya que la implicación emocional de las personas involucradas será mucho mayor.

  1. Liderazgo democrático

El liderazgo democrático parte de la idea de que todas las opiniones del equipo son necesarias a la hora de tomar decisiones. Esto suele implicar multitud de espacios (reuniones, charlas…) enfocados a tener una buena coordinación y comunicación entre el equipo. Este tipo de liderazgo será, por lo tanto, especialmente útil en casos en los que haya margen de tiempo para elegir qué camino a seguir y en aquellos en los que la formación de todos los miembros del grupo para el objetivo propuesto sea similar.

Suele utilizarse cuando existen equipos multidisciplinares y el objetivo principal es que todos ellos encajen sin solaparse.

  1. Liderazgo visionario

Los líderes que hacen uso de este estilo motivan a sus empleados mediante una visión clara hacia dónde se dirige el equipo y cuál es el papel que ocupa cada uno de ellos, por lo que la motivación está presente. La principal ventaja de este tipo de liderazgo es que todo el mundo tiene claro el objetivo hacia el que se dirige la plantilla.

Por lo general, se trata de uno de los estilos de liderazgo más demandados en la actualidad.

  1. Líder que marca el ritmo

En este tipo de liderazgo la persona marca los tiempos y empuja al equipo a trabajar duro para conseguir los objetivos finales.

Este liderazgo es eficaz para conseguir resultados, aunque no puede sostenerse a largo plazo

  1. Liderazgo coach

El último tipo de liderazgo se basa en ayudar a los miembros del grupo a encontrar sus puntos fuertes y sus puntos débiles para que desarrollen todo su potencial.

La perspectiva de este liderazgo es la formación de trabajadores competentes a largo plazo, identificando aspectos a mejorar. Es importante ir en sintonía con este tipo de liderazgo, ya que, de no ser así, puede generar a la plantilla frustración.

Desde la perspectiva de Goleman, un buen líder tiene que tener: Inteligencia emocional, autoconfianza, autocontrol, ser una persona modesta y aceptar las críticas constructivas, así como generoso.

Si quieres conocer con mayor profundidad estos tipos de liderazgo, así como trabajar alguno de estos aspectos para llegar a serlo. Desde PsiqAT, a través de la práctica del Acompañamiento Terapéutico, podemos ayudarte.

¿Eres una persona resiliente?

La resiliencia es una fortaleza y cualidad que aporta grandes beneficios y bienestar a tu vida. ¿Los conoces?, ¿te consideras una persona resiliente? Descúbrelo aquí. Desde PsiqAT, ¡queremos contártelo!

El término resiliencia proviene del latín, del verbo resilio, que significa “saltar hacia atrás”, y originalmente, era usado en el ámbito de la física para referirse a aquellos materiales que pueden resistir un impacto y volver a su forma original. En el ámbito de la psicología la resiliencia es la capacidad de adaptarse y ver los conflictos como retos y oportunidades para continuar evolucionando y creciendo, es algo que nos puede beneficiar mucho a lo largo de nuestra vida. El término resiliencia engloba la capacidad que caracteriza a las personas para recuperarse de situaciones complicadas y seguir avanzando hacia el futuro.
Se trata de convertir los problemas en retos y oportunidades para crecer. Estas personas se aprovechan de las dificultades que viven para obtener un beneficio que le permita obtener recursos y herramientas útiles para el futuro. Al final, se trata del cómo enfocamos las cosas y con qué gafas vemos la vida. Y tú, ¿con qué gafas ves la vida y la interpretas?

A continuación, vamos a ver cuáles son las principales características de las personas resilientes:
-Tener una actitud positiva
-Ser realista
-Tener sentido del humor

– Plantearse retos

-Tener autonomía

-Tener autoconocimiento

-Son personas con empatía

-Tolerar la incertidumbre.

-Tener conciencia del presente.

-Valorar a las personas que tenemos en nuestra vida (familia, amigos, pareja…).

-Son personas con confianza en sí mismas.

– Capacidad de proyectarse hacia adelante y de anticiparse a los hechos.

Flexibilidad: adaptación a las diferentes situaciones.

Constancia y perseverancia: orientación al logro.

Pensamiento constructivo: las amenazas no se pueden evitar, pero sí se puede elegir la manera de reaccionar ante ellas.

Red de apoyo emocional sólida: tener buenas relaciones con los demás fortalece la resiliencia.

Introspección: cada crisis es una oportunidad de crecer.

Optimismo: no significa no ser realista, sino enfocarse en lo bueno y recordar los triunfos personales en los momentos difíciles como manera de salir adelante.

Ser resiliente, no implica no sufrir o no sentir emociones “desagradables” como la tristeza o la ira, sino saber encajar los golpes de la vida, convirtiéndolos en oportunidades para aprender, crecer y evolucionar.

La resiliencia es una forma de crecimiento

Hay determinados factores, que ayudan o contribuyen al desarrollo de la resiliencia, fortaleza que nunca hay que dejar de fortalecer y trabajar:

-Tener una buena red de apoyo (amigos, familia, pareja…) es un factor importante. Esto te hace una persona más resiliente en comparación a si estas solo.

-Abrirse a la expresión de las emociones sin tenerles miedo.

-Afrontar los problemas y al mismo tiempo buscar soluciones. Huir o evitar los problemas te aleja de la resiliencia.

-Ser capaz de ser humilde y saber cuándo reponer fuerzas, cuando debes descansar.

-Ser capaz de confiar: en uno mismo primero, y en los demás.

Desarrollar y trabajar la resiliencia puede llegar a aportar muchos beneficios en nuestra vida diaria, acercándonos, según muchos estudios recientes, al bienestar y equilibrio psicológico. Algunos de los beneficios se detallan a continuación:

-Tienen una mejor percepción de su propia imagen.

-Tienden a ser menos críticos consigo mismo.

-Son más optimistas, mostrando una actitud más positiva, alejada de la queja constante.

-Saben cómo hacer frente a los retos.

-Tienen una mejor salud física.

-Son más exitosos tanto dentro como fuera del trabajo.

-Consiguen una mayor satisfacción en sus relaciones.

-Tienden a caer menos en depresión o en problemas de salud mental.

Esperamos que, tras la lectura, conozcas un poco más acerca de este término y de los múltiples beneficios que aporta en nuestra vida su desarrollo. Desde PsiqAT siempre estaremos encantadas de ayudarte. No dudes en ponerte en contacto con nosotras.

¿Eres crítico contigo mismo?

¿Cómo te hablas a ti mismo/a?, ¿Te escuchas y sólo oyes cosas negativas?, ¿Eres tu peor enemigo/a a la hora de criticar un acto en concreto?, ¿Te sientes responsable de todo lo malo y nunca eres capaz de hacer una autocrítica constructiva?, ¿Crees que ser tan crítico/a y duro contigo mismo está afectando a tu calidad de vida y repercutiendo en tu estado de ánimo y en tu autoestima? 

El término critica patológica fue acuñado por el psicólogo Eugene Sagan para describir la voz interior negativa que te ataca y te juzga. Todo el mundo tiene una voz interior crítica. Pero las personas con baja autoestima tienden a tener una crítica patológica más viciosa y expresiva. 

La crítica te dice…

        Te acusa de las cosas que van mal

        Te compara con los demás (casi siempre siendo tú el que esta en desventaja)

        Fija estándares de perfección imposibles y luego te fustiga por ellos 

        Mantiene un registro de tus fracasos, pero se olvida de tus dones y logros

        Te llama cosas como – estúpido/a, incompetente, feo/a, débil- y te hace creer que todo eso es verdad

        Lee la mente de tus amigxs y te convence de que están aburridxs, desanimadxs o disgustadxs por tu culpa

La crítica tiene muchas armas. Entre las más efectivas están los valores y reglas de vida que ha tenido toda su vida. La crítica tiene una forma de volver sus “debes” contra ti, compara la forma de ser con la forma que debería ser y te juzga como insuficiente o malo. Los debes no son más que una de las muchas distorsiones cognitivas que existen. Una distorsión cognitiva es la forma que tenemos de interpretar la realidad en base a nuestras creencias, son el arma de la crítica, esas gafas empañadas que no te dejan ver con claridad. 

El origen de la crítica

La crítica nace en la infancia temprana de manos de los padres. En la infancia nuestros padres nos enseñan qué conductas son aceptables, peligrosas, moralmente reprobables y cuales causan enojo. Hacen esto abrazándote y premiándote por la conducta correcta y castigándole por las conductas peligrosas, malas o molestas. 

Todos los niñxs crecemos con residuos emocionales de los gestos prohibitivos, reteniendo el recuerdo de aquellos momentos en los que se sintieron malos o fueron reprobados. 

¿Por qué escuchamos a la crítica?

 Escuchamos a la crítica porque, aunque parezca que no es gratificante hacerlo, ayuda a satisfacer nuestras necesidades básicas y funciona como un reforzador ya que te rebaja la ansiedad y te hace sentir menos incompetente o impotente. Por ejemplo, el proceso de duelo es un ejemplo clásico de reforzamiento negativo. ¿Qué lleva a la gente a recrearse en los recuerdos penosos de la persona u objeto perdido? ¿Por qué seguir pensando una y otra vez en aquellos gratos días que no volverán más? Paradójicamente, estas ruminaciones obsesivas acerca de la pérdida tienen el poder de aliviar el dolor. La evocación de recuerdos o imágenes concretas de la persona u objeto perdido ayuda a descargar la tensión en la forma de lágrimas y luego en un breve período de entumecimiento. La etapa de los recuerdos obsesivos en el duelo se ve reforzada por la reducción de la tensión y unos instantes de relativa paz.

¿Cómo desarmar a la crítica?

Lo primero que tenemos que hacer es ser capaces de identificarla, hacerla consciente. En ocasiones la crítica le azota con imágenes de anteriores errores o fracasos. A veces no utiliza palabras o imágenes. Este pensamiento llega en la forma de un estado de consciencia, un conocimiento, una impresión. La crítica es tan rápida que parece ir más allá del lenguaje. Un vendedor lo expresaba así: «Hay veces en que sé que estoy echando a perder mi vida. Puedo experimentar esta sensación de vaciedad. Es como una sensación de pesantez en el estómago».

Una vez que la tengamos identificada es importante que tratemos de ser realistas, la crítica se vale una visión distorsionada de la realidad en la que nos azota con mensajes negativos, por tanto, es importante saber como interpretamos las situaciones. 

Nos puede ayudar ponerle un nombre a nuestra voz autocrítica un nombre de algo que no nos guste, por ejemplo: Araña. Y así, tratar de crear una discusión entre tu voz negativa (Araña) y nuestra voz más realista. 

Por ejemplo, tenemos una situación neutra, estoy en una fiesta y noto como me están mirando un grupo de personas. 

– Mi primer pensamiento es seguro que están pensando que bailo fatal, se están riendo de mí, no me tenía que haber puesto esta camiseta tan ajustada, soy una gorda. 

 

No os imagináis la cantidad de mensajes negativos que nos mandamos en poco tiempo, aquí esta hablando Araña y nos esta protegiendo del miedo al rechazo. Nuestra contestación a araña podría ser: 

        Es posible que no se estén burlando de mi, igual ni se han dado cuenta de como bailo, ¿y si lo han hecho? Que más da me lo estoy pasando bien. 

Esta técnica se llama reestructuración cognitiva y es de las técnicas que más usamos en PsiqAT para trabajar con nuestros pensamientos negativos. 

Si te sientes identificado, recuerda que desde PsiqAT podemos ayudarte. 

Identidad sexual: Claves para gestionarla

En la actualidad, aspectos como la identidad de género, identidad sexual, orientación sexual, sexo biológico, son términos que confundimos con facilidad, además de generar controversia en la actualidad. Con este artículo desde PsiqAT, queremos aportar nuestro granito de arena y profundizar en ellos, así como, proporcionar claves destinadas a la aceptación de nuestra propia identidad. Por ello ¡te animamos a continuar leyendo!

El término identidad sexual, hace referencia al sexo biológico con el que nacemos y la identidad de género, se refiere a la manera en que la persona se identifica como hombre, mujer o andrógina sin que esto se corresponda al sexo biológico con el que nace y cómo lo expresa, nos habla de expresión de género (por ejemplo, forma de hablar, gestos, etc). Cuando la identidad sexual y la identidad de género coinciden, hablamos de cisgéneros. Cuando, de lo contrario difieren, estamos hablando de transgéneros. Existen también otras identidades como: sin género, bigénero, persona no binaria, pangénero, intersexual, transexual, género fluído y queer, que explicaremos más adelante.  Otro término importante y que vemos necesario aclarar, es el de la orientación sexual, que es entendida como hacia dónde se dirige nuestro deseo sexual.

Dentro de este aspecto, existen diversas etiquetas:

Heterosexual: cuando el deseo va dirigido hacia las personas del sexo contrario

Homosexual: La persona se siente atraída por su mismo sexo.

Bisexual: Aquella persona que siente deseo hacia los dos sexos indistintamente.

Asexual: Hace referencia a que la persona no siente atracción sexual.

Todo ello forma parte de la percepción que tenemos sobre nosotros mismos, y esto a su vez, es una parte fundamental de nuestro autoconcepto.

Como podemos ver en estos aspectos, no sólo entran en juego como podemos observar, los factores genéticos, sino otros como los psicológicos, sociales, la forma de pensar, sentir y comportarse según la identidad con la que la persona se sienta identificada.

Este proceso de aceptación, se ve influenciado principalmente por dos factores principales:

Rechazo o discriminación en el entorno social, laboral, familiar, escolar, medios de comunicación, corrientes religiosas…

-Continúa siendo un tema tabú en la actualidad.

Todo esto genera a la persona problemas de autoestima, inseguridades, sentimiento de culpa, estrés y ansiedad.

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Por ello, en el proceso de aceptación, debemos tener en cuenta lo siguientes aspectos:

  • El problema no está en uno mismo, si no en la sociedad. Es importante en este punto no responsabilizarnos de lo que sentimos.
  • La orientación sexual no se elige, si no que dependen de diferentes variables que se nos escapa de nuestro control.
  • Es importante deshacerse de los tabúes sobre el sexo.
  • Deshacerse de las ideas dañinas a la par que erróneas, como que: “la vida no la rige la reproducción”, es muy importante.
  • Pedir ayuda a un profesional especializado con un plan de trabajo individualizado.

Si tienes dudas y/o consultas al respecto, desde PsiqAT, a través desde la práctica del Acompañamiento Terapéutico ¡podemos oriente y acompañarte en tu proceso!

 

 

Maltrato y abuso en la vejez. Tipos y factores de riesgo

Según la OMS 1 de cada 6 personas mayores ha sufrido algún tipo de maltrato ¿Si quieres conocer que tipos de maltratos son los más comunes, qué factores afectan y cómo prevenirlo? Continúa leyendo el siguiente artículo

El maltrato en la vejez es un problema social que atenta contra el bienestar de millones de personas. Sin embargo, esta muy poco visibilizado. 

 

Según la OMS el maltrato a los ancianos se define como “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”.  Hay diferentes formas de maltrato como es físico, psíquico, emocional o sexual, además de la negligencia. 

Un 15,7 % de más de 60 años sufre algún tipo de maltrato. Pero este porcentaje es probablemente mucho mayor puesto que únicamente se notifica 1 de cada 24 casos de maltrato en la vejez. 

 

Tipos de maltrato 

 

       Maltrato físico: se puede definir como el uso de la fuerza ejercida contra una persona mayor.

     Maltrato psicológico: consiste en provocar dolor emocional, malestar, pena o angustia con una serie de acciones tanto verbales como no verbales.

       Abuso sexual: cualquier abuso de naturaleza sexual a ancianos que no sea consentido.

       Negligencia y abandono: la negligencia se define como un descuido de las necesidades básicas de la persona tanto si es intencional como si no.

       Abuso económico: se caracteriza por la explotación, aprovechamiento o uso propio de bienes y enseres de la persona anciana.

Factores de riesgo del maltrato

 

Los factores de riesgo son aquellas circunstancias que aumentan el riesgo, en este caso, de maltrato en las personas mayores. Existen multitud de factores, aquí únicamente señalaremos aquellos que son más frecuentes. 

 

       El género: existe mayor porcentaje de mujeres ancianas maltratadas que de hombres.

       Edad: se produce mayor riesgo de sufrir maltrato pasados los 75 años. 

  Deterioro cognitivo: aquellas personas que comienzan a sufrir déficits de naturaleza cognitiva como demencia o alzhéimer. 

    Dependencia económica: cuando el agresor depende económicamente de la persona mayor o cuando es la persona mayor la que depende económicamente del agresor.

       Falta de apoyo social: cuando la persona mayor se encuentra en soledad. 

   Es muy importante que las instituciones gubernamentales lleven a cabo campañas de sensibilización contra el maltrato y como prevenirlo.