Los seres humanos tendemos a asociar nuestro pensamiento con la realidad, como si el hecho de pensarlo fuera una refutación innegable de su realidad. Esto produce consecuencias muy negativas para la salud mental. Con el siguiente artículo trataremos de explicaros, a través del modelo ABC, como TU cerebro en ocasiones te engaña.
A continuación, hablaremos sobre el modelo ABC, que es el más representativo de la terapia cognitiva y de cómo en ocasiones las creencias irracionales y las distorsiones cognitivas pueden hacernos creer una realidad que no existe.
Normalmente, si te pregunto ¿qué tal te fue el día? me hablarás de aquello que te ha ocurrido. Y, es que, por lo general, tendemos a asociar nuestros estados emocionales a aquello que nos ha pasado.
Siguiendo el modelo ABC podemos identificar, por un lado, los Acontecimientos Activadores (A) que es aquello que nos ocurre día a día. Estos acontecimientos generan en nosotros unas determinadas Consecuencias Emocionales (C), como, por ejemplo, alegría, ansiedad, tristeza, etc.
Tendemos a pensar entonces de forma errónea que (A) es la causa de (C), pero no es así, hay más factores que influyen en esto.
Entre los acontecimientos (A) y las consecuencias (C) entran en juego los pensamientos y creencias (B)que tenemos acerca de los acontecimientos. Por tanto, las consecuencias surgen de las creencias que tenemos sobre los acontecimientos que nos han sucedido.
En los pensamientos y creencias (B) influyen muchos aspectos que pueden hacer que un mismo acontecimiento produzca diferentes consecuencias emocionales. Aquí es donde entra en juego nuestra historia de aprendizaje, miedos, valores, personalidad, experiencias, educación, etc. Es en este proceso donde muchas veces nuestro cerebro nos juega malas pasadas y es que en ocasiones acabamos teniendo unas consecuencias emocionales ante diferentes acontecimientos, como, por ejemplo, cuando todo nos irrita o nos parece una amenaza, cuando siempre estamos tristes o nos parece todo mal. Y no, es que todo sea una amenaza o nos salga todo mal, sino que quizás nuestros pensamientos no están del todo ajustados a la realidad.
Y es que nuestro pensamiento está muy influenciado por ideas irracionales y creencias cognitivas. En la sociedad en la que vivimos estamos expuestos a gran cantidad de información que nuestro cerebro tiene que procesar con gran rapidez. Por eso, el cerebro selecciona la información que le llega, haciendo que sólo seamos conscientes de lo más importante, no haciendo caso a aquello que considera que no nos sirve. Para nosotros entonces esta es la realidad, por tanto, hay tantas realidades como cerebros o lo que es lo mismo como personas en el mundo. El problema es que en ocasiones el filtrado falla, haciendo que interpretemos las cosas de forma bastante alejada a lo que en realidad ocurre, esto es lo que se conoce como creencias irracionales y distorsiones cognitivas.
En este artículo te mostraremos un par de ejemplos de distorsiones cognitivas, pero son muchos más los que se pueden identificar.
- Sobregeneralización: tiene que ver con generalizar las conclusiones a través de casos aislados, por ejemplo, “todo me sale mal” o “nadie me quiere”.
- Adivinación del pensamiento: en ocasiones creemos que tenemos la capacidad de adivinar el pensamiento de los demás: “Seguro que piensa que soy…), normalmente pensamos que el resto piensa algo negativo de nosotros.
Esto son solo unos ejemplos, pero como podemos comprobar la realidad no es algo objetivo, aquello que pensamos acerca de lo que nos ocurre puede influir más en nuestras emociones que los propios acontecimientos.
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