En la sociedad en la que vivimos, es normal sentirse ansioso en algunos momentos, pero la angustia, la ansiedad y la preocupación excesiva si se mantiene en el día a día dificultando las actividades de la vida diaria, hablamos de Trastorno de Ansiedad Generalizada ¿Has oído hablar alguna vez de este trastorno? ¿Sabrías describir qué diferencia a este trastorno de otros Trastornos de Ansiedad? ¿Y cómo prevenirlo? Con este artículo pretendemos resolver todas tus dudas, por lo que desde PsiqAT, te animamos a continuar leyendo.
Cuando hablamos de ansiedad, nos referimos a una reacción psicofisiológica de activación intensa que prepara al organismo para responder a cualquier alerta o demanda del entorno de manera rápida. La ansiedad por tanto provoca cambios en nuestros sistemas del cuerpo que nos ayudan a actuar. Es importante tener en cuenta que padecer ansiedad en determinados momentos es normal, pero esta se convierte en trastorno, cuando no nos deja hacer aquellas cosas que nos gustan y se mantiene en el tiempo.
Los trastornos de ansiedad se caracterizan, por tanto, por presentar un miedo o ansiedad intensa y/o una preocupación excesiva aun cuando no existe una amenaza real. Estos trastornos generan un importante malestar y afectan al funcionamiento habitual de la persona. Se estima que 1 de cada 5 personas tendrá un trastorno de ansiedad a lo largo de la vida. En el caso de los niños y los adolescentes esta cifra estaría alrededor de 6 de cada 100.
Algunos de los síntomas que presentan las personas que lo padecen son:
· A nivel fisiológico: Palpitaciones, opresión en el pecho, sudoración, dificultades respiratorias, tensión muscular, temblores, molestias digestivas, mareos o sensación de inestabilidad.
· A nivel cognitivo y emocional: Nerviosismo o angustia, pensamientos catastróficos o negativos, ideas obsesivas, dificultades para concentrarse, olvidos y distracciones frecuentes, preocupaciones excesivas, pensamientos acelerado y dificultad para la toma de decisiones, irascibilidad, despersonalizaciones y desrealizaciones.
· A nivel conductual: evitación de situaciones, hipervigilancia, cambios en la higiene del sueño y/o alimentación, bloqueos, falta de control en las reacciones.
En función de cuál sea el foco principal del miedo y/o la preocupación se habla de:
Fobia específica. Cuando una persona tiene un miedo intenso a un objeto o situación (por ejemplo, miedo a las arañas…). Si la persona tiene miedo intenso a situaciones sociales, se le llama trastorno de ansiedad (o fobia social). Por ejemplo, cuando una persona se siente muy nerviosa cuando habla con otras personas.
Trastorno de ansiedad por separación. En este tipo de trastorno el menor tiene un miedo intenso de separarse de las personas que le cuidan por temor a que les pase algo y no las vuelva a ver. Por ejemplo, cuando un menor se pone nervioso cada vez que su madre se va de casa, aunque se quede con el padre.
Trastorno de pánico. El ataque de pánico se define como un episodio de ansiedad repentino e intenso que se acompaña de sensaciones físicas desagradables (palpitaciones, mareos…) y de pensamientos que suelen ser catastróficos (miedo a perder el control o a morirse, entre otros). Con frecuencia, el trastorno de pánico se da de manera conjunta con la agorafobia.
Agorafobia. La persona tiene de forma habitual miedo a sentir sensaciones de ansiedad (sudar mucho, que el corazón le vaya rápido…) cuando está en algunas situaciones, por si no puede marcharse o pedir ayuda si lo necesita. Como consecuencia, la persona suele evitar estas situaciones como coger el transporte público, ir a un concierto o a un restaurante.
Trastorno de ansiedad generalizada. caracteriza por ansiedad y preocupación excesiva acerca múltiples acontecimientos o actividades. A esta preocupación la llamamos anticipación aprensiva porque consiste en anticipar supuestos acontecimientos adversos que tienen una baja o muy baja probabilidad de ocurrir. Además, la intensidad de la preocupación es desproporcionada al impacto real del supuesto suceso o a la probabilidad de que ocurra.
Es importante conocer que una misma persona puede tener varios trastornos de ansiedad al mismo tiempo, así como tener otros trastornos de la salud mental, como, por ejemplo, depresión, problemas con el abuso de sustancias…
Algunos de los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de padecer un trastorno de ansiedad generalizada es:
· Personalidad. Existen ciertos caracteres como, por ejemplo, la timidez o un temperamento negativo, que predisponen a su desarrollo.
· Genética. El trastorno de ansiedad generalizada puede ser hereditario.
· Experiencias. Experiencias negativas o traumáticas durante la infancia, o un suceso negativo pueden favorecer el desarrollo de este trastorno.
Algunos de los tips para reducir el impacto de los síntomas del Trastorno de Ansiedad Generalizada son: Buscar ayuda a tiempo, evitar el consumo de alcohol y drogas ya que pueden producir una mayor ansiedad y planificar y priorizar el tiempo.
Si identificas que esto te puede estar pasando a ti o alguien de tu entorno, no dudes en contactar con nosotras, ya que a través de la práctica del Acompañamiento Terapéutico podemos ayudarte.