¡No es tan difícil resolver un conflicto!

¿Has escuchado hablar alguna vez de la resolución de conflictos? ¿Sabes que con unas pautas básicas puedes mejorar tus relaciones? ¡No te pierdas el siguiente artículo!

Los conflictos y las discusiones ocurren de forma habitual en nuestras vidas. La habilidad de encontrar una solución de forma pacífica a los desacuerdos es una práctica que todos necesitamos para crear una sociedad pacífica y productiva. 

 

Podemos entender la resolución de conflictos como la forma en que dos o más personas u organizaciones encuentran una solución pacífica a los desacuerdos que enfrentan. Estos desacuerdos pueden ser emocionales, políticos, financieros o todos ellos. 

Cuando entran en juego las emociones negativas y estas no se gestionan de forma adecuada, es cuando una situación entre dos o más personas con diferentes intereses entra en confrontación ¡hablando claro cuando un “pequeño roce” se convierte en una batalla campal!

Vamos a pararnos un momento a pensar en alguna situación del pasado, seguro que eres capaz de distinguir con facilidad relaciones que, pese a sus diferencias, no se han visto dañadas y personas que han abandonado esa relación o se encuentran en un conflicto permanente. Y es que, en un conflicto siempre existen tres partes: las personas, el proceso y el problema, y son estos tres elementos los que intervienen en la llamada escalada del conflicto. 

Las fases de la escalada del conflicto son: 

Primero, se produce un conflicto latente (recordemos el que no se expresa)  que con el tiempo y la tensión evoluciona a un conflicto manifiesto y puede llegar a ser un conflicto violento.

Los conflictos organizacionales son situaciones de desavenencia entre los miembros de una organización por algún desacuerdo real o no. Estos conflictos tienen sus propias características pues están muy relacionados por las características propias de las personas (rol, puesto, etc.) y por las variables del contexto en el que se interactúa (normas, protocolos, liderazgo, ética, valores, códigos de conducta, etc.). 

¿Por qué deberías resolver conflictos?  El principal motivo para negociar es llegar a un acuerdo que beneficie a todos los participantes. Además, hay otras buenas razones para negociar: 

·       Conocer más acerca de ideas, creencias, motivaciones y antecedentes diferentes del tuyo.

·       Para asegurar que las relaciones con los oponentes continúen y crezcan.

·       Para encontrar soluciones pacíficas a situaciones difíciles.

 

Existen pautas y pasos que favorecen la reducción de los conflictos y estos están muy relacionados con la inteligencia emocional. La cual se puede definir como la forma de saber gestionar nuestras emociones y manejar con más destreza nuestras relaciones considerando nuestros sentimientos y los de los otros. 

Desde PsiqAT te daremos siete pasos que te ayudarán a resolver conflictos:

 

1.     Entendiendo el conflicto.

2.     Comunicación con la otra parte.

3.     Lluvia de ideas para posibles soluciones.

4.     Eligiendo la mejor solución.

5.     Usando a un tercero como mediador.

6.     Explorando las alternativas.

7.     Manejando situaciones estresantes y tácticas de presión.

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