8 Claves para elegir un buen psicólogo/a

¿Alguna vez te has planteado ir a terapia, pero no sabes cómo buscar un buen psicólogo/a para comenzar tu proceso de terapéutico? Desde PsiqAT, queremos darte algunas claves para ayudarte en ese proceso de búsqueda.

El momento de tomar la decisión de ir a terapia es delicado y muy valiente, ya que supone abrirse a trabajar y descubrirse a uno mismo, así como, hacia el profesional de la psicología que te guía y acompaña en ese proceso. Es por ello que, elegir un buen terapeuta es una clave muy importante para que la terapia funcione. Por ello, te queremos dejar unos consejos para facilitarte, en la medida de lo posible, este proceso de búsqueda y selección que genera tanta incertidumbre:

  1. Infórmate de la formación de los profesionales que conforman el equipo y, más concretamente, del terapeuta que podría serte asignado. Es importante que te acompañen en tu proceso profesionales cualificados y con las habilitaciones pertinentes para poder trabajar contigo.
  2. Investiga y pregunta acerca de qué corriente psicológica es con la que van a estructurar tu evaluación e intervención, existen muchas corrientes de la psicología con diferente validez y evidencia empírica.
  3. Pregunta en las primeras sesiones cómo va a ser tu proceso psicológico, habitualmente se suele estructurar en una serie de fases (evaluación para conocer a la persona, realizar una devolución de información después de la evaluación y tras esto, acordar unos objetivos a trabajar en la fase de intervención).

  1. Es importante que el psicólogo/a esté colegiado oficialmente en el Colegio Oficial de Psicólogos.
  2. Ten en cuenta qué especialización pueda tener el profesional, siempre es conveniente buscar profesionales más especializados en dificultades específicas. Por ejemplo, si tienes síntomas relacionados con la ansiedad sería conveniente que buscaras un psicólogo/a especializado en ansiedad.
  3. Observa las reseñas y comentarios de las experiencias que otras personas hayan podido experimentar con ese profesional o en ese gabinete de psicología.
  4. Navega por las redes y por la página web para poder encontrar todo este tipo de información y, si no la encuentras, contacta con el profesional o gabinete para resolver todas tus preguntas. Es positivo que queden claras las tarifas que corresponden al servicio que vas a contratar.
  5. Si acudes a una primera sesión gratuita en la que quieres decidir si continuar o no, haz caso de las sensaciones que tienes con el terapeuta, el vínculo entre el paciente y el terapeuta tiene gran peso en el éxito de la terapia.

Desde PsiqAT esperamos que te sirvan estos consejos para poder elegir el mejor profesional para iniciar tu proceso de terapia. No olvides que contamos con un equipo de psicólogas especializadas en diferentes áreas de intervención para podernos adaptar a tu proceso para que progreses de la mejor manera, ¡no dudes en pedir tu primera cita telefónica gratuita!

Y tú…¿con qué estilo de liderazgo te identificas?

En el mundo de las organizaciones, el liderazgo se ha convertido en una habilidad cada vez más popularizada y exigida desde el área de Recursos Humanos, pero este, varía dependiendo de quién lo lleve a cabo. Según Daniel Goleman, existen diferentes tipos de liderazgo y cada uno de ellos, tiene sus pros y contras. A través de este artículo pretendemos darte a conocer los tipos que existen y profundizar en todos ellos y cuándo es conveniente ampliar uno u otro.

La capacidad de liderazgo se puede definir como aquella capacidad a través de la cual, una persona (líder), tiene el poder de transmitir a las demás un nivel de influencia lo suficientemente significativo como para que puedan alcanzar objetivos y/o metas bajo su tutela.

Existen diferentes tipos de liderazgo en el entorno de laboral, ya que una de las habilidades de la persona que lidera, es la capacidad de adaptarse al contexto y atender a las individualidades y características de la empresa. Es decir, no es válida la misma manera de liderar en una empresa que en otra, aunque la forma de trabajar sea parecida entre sí.

La cultura de la empresa, los objetivos que se persiguen o la personalidad de los superiores y empleados, entre otros factores, determinan qué estilo de liderazgo encaja mejor con la compañía. Dentro de algunas organizaciones, incluso, se desarrollan diferentes estilos de liderazgo según las tareas, los objetivos que se deben cumplir, la complejidad de la organización, así como, las exigencias de ese determinado momento.

Así pues, como todo depende del contexto en el que nos encontremos, si queremos exprimir al máximo la posibilidad de tener a un buen líder o lideresa al frente de un equipo u organización, en primer lugar, es necesario conocer los tipos de liderazgo, ya que no existe uno que sea claramente superior a los demás ni que sea universalmente bueno o preferible.

Es importante que tengamos en cuenta también, que en cada organización se pueden producir cambios a diferentes ritmos y niveles. Además de que, el estilo o tipo de liderazgo que ejercen los supervisores o los altos cargos en la empresa siempre tendrá consecuencias en los trabajadores, aunque no nos demos cuenta o confundamos estos efectos con la personalidad intrínseca de cada persona. Tener claro esto es clave, ya que los líderes son agentes que se encuentran en una posición privilegiada a la hora de influir sobre los demás, para bien o para mal.

Daniel Goleman, es un psicólogo norteamericano y autor conocido de la inteligencia emocional y plantea los siguientes 6 tipos de liderazgo cuya clasificación es la más utilizada y estudiada dentro de estas disciplinas y en el mundo empresarial para mejorar los dotes de líder.

  1. Liderazgo coercitivo o autoritario

El primero de los tipos de liderazgo según Daniel Goleman se basa en la disciplina y en poner este valor por encima de otros. Para ello, normalmente los directivos emplean instrucciones cortas, concretas y precisas. Además, las consecuencias de no cumplir con lo encargado serán duras y en muchos casos intentarán sentar precedente, constituirse como un aviso para aquel que tenga la tentación de relajarse o de no seguir lo pautado. Esto desencadena en una gran desmotivación general, al sentir como trabajador que no tienes control sobre tu trabajo, ni capacidad de decisión. No obstante, este tipo de liderazgo es ventajoso en situaciones de emergencia o situaciones límite, en las que no hay cabida a error.

  1. Liderazgo afiliativo

Este tipo de liderazgo, según Daniel Goleman, se basa en la creación de lazos entre los distintos miembros del grupo. Hablamos de un tipo de liderazgo que busca, sobre todo, un buen ambiente laboral a través de unas buenas relaciones personales, entendiendo esto, como una motivación para los trabajadores.

La principal dificultad que encuentra este tipo de líderes surge cuando la falta de disciplina y de organización es muy grande. Así como cuando se generan conflictos, ya que la implicación emocional de las personas involucradas será mucho mayor.

  1. Liderazgo democrático

El liderazgo democrático parte de la idea de que todas las opiniones del equipo son necesarias a la hora de tomar decisiones. Esto suele implicar multitud de espacios (reuniones, charlas…) enfocados a tener una buena coordinación y comunicación entre el equipo. Este tipo de liderazgo será, por lo tanto, especialmente útil en casos en los que haya margen de tiempo para elegir qué camino a seguir y en aquellos en los que la formación de todos los miembros del grupo para el objetivo propuesto sea similar.

Suele utilizarse cuando existen equipos multidisciplinares y el objetivo principal es que todos ellos encajen sin solaparse.

  1. Liderazgo visionario

Los líderes que hacen uso de este estilo motivan a sus empleados mediante una visión clara hacia dónde se dirige el equipo y cuál es el papel que ocupa cada uno de ellos, por lo que la motivación está presente. La principal ventaja de este tipo de liderazgo es que todo el mundo tiene claro el objetivo hacia el que se dirige la plantilla.

Por lo general, se trata de uno de los estilos de liderazgo más demandados en la actualidad.

  1. Líder que marca el ritmo

En este tipo de liderazgo la persona marca los tiempos y empuja al equipo a trabajar duro para conseguir los objetivos finales.

Este liderazgo es eficaz para conseguir resultados, aunque no puede sostenerse a largo plazo

  1. Liderazgo coach

El último tipo de liderazgo se basa en ayudar a los miembros del grupo a encontrar sus puntos fuertes y sus puntos débiles para que desarrollen todo su potencial.

La perspectiva de este liderazgo es la formación de trabajadores competentes a largo plazo, identificando aspectos a mejorar. Es importante ir en sintonía con este tipo de liderazgo, ya que, de no ser así, puede generar a la plantilla frustración.

Desde la perspectiva de Goleman, un buen líder tiene que tener: Inteligencia emocional, autoconfianza, autocontrol, ser una persona modesta y aceptar las críticas constructivas, así como generoso.

Si quieres conocer con mayor profundidad estos tipos de liderazgo, así como trabajar alguno de estos aspectos para llegar a serlo. Desde PsiqAT, a través de la práctica del Acompañamiento Terapéutico, podemos ayudarte.

Habilidades laborales: ¿Sabes qué son?

El mundo laboral se ha convertido en un ámbito muy competitivo, en el que se contempla, no sólo nuestra formación académica y nuestra experiencia en el sector solicitado, si no, que, además requiere una serie de habilidades extra que pueden favorecer o entorpecer el proceso de selección y nuestra permanencia en el puesto, por ello, es importante reflexionar sobre este aspecto ¿Conoces a qué tipo de habilidades nos referimos? ¿y en qué consisten? Si quieres saber más sobre ellas, desde PsiqAT, te animamos a leer este artículo.

Cuando los profesionales de Recursos Humanos evalúan a los candidatos, no sólo se fijan en las calificaciones y en su experiencia laboral como hemos mencionado anteriormente, sino que, también se evalúan en el candidato una serie de habilidades personales, también llamadas soft skills, en las que se incluyen: las habilidades sociales, actitudes, atributos profesionales, ​habilidades de comunicación, rasgos de la personalidad, inteligencia social e inteligencia emocional, que le permiten a la persona desenvolverse en su ámbito.

Pero antes de profundizar en qué son habilidades laborales, en este caso, queremos clarificar los siguientes conceptos que generan confusión continuadamente para detallar a qué nos estamos refiriendo:

  • Competencia

Cuando hablamos de competencia, nos referimos (aproximadamente) a la capacidad de un empleado para implementar adecuadamente sus habilidades en un entorno laboral. Un empleado puede tener todas las habilidades del mundo, pero es posible que no pueda traducir esas habilidades en éxito laboral. Una competencia combina habilidades, comportamientos, conocimientos y habilidades que le permiten a un empleado realizar su trabajo de manera efectiva. La competencia describe exactamente cómo un empleado se desempeña y tiene éxito en su puesto.

  • Habilidad

Con este aspecto nos referimos a la capacidad de realizar una acción para crear un resultado deseado. Cada trabajador tiene un conjunto único de habilidades que utiliza a lo largo de su jornada laboral. Estas habilidades son clave para el éxito de los empleados. Un ejemplo de ello sería que, tras una formación de 5 horas de Excel, una persona puede volver habilidosa en este aspecto, pero, sin embargo, conseguir unas buenas habilidades comunicativas, no se puede enseñar en un curso de 5 horas.

Por tanto, cuando hablamos de habilidades laborales, nos referimos a aquellas que tienen que ver con el carácter de la persona en el contexto laboral, como profesional, y no tanto con su conocimiento técnico, por lo que son inherentes a la persona y diferencia a un trabajador de otro igualmente cualificado para el puesto.

Algunas de las más demandadas en el ámbito laboral son:

  • Capacidad de adaptación: Es la capacidad para buscar soluciones, ser resolutivos y polivalentes. Se valora también la flexibilidad para adaptarse al entorno.
  • Planificación: Priorizar y planificar correctamente tu tiempo y el de tu equipo, puede aumentar tus posibilidades de obtener un nuevo trabajo.
  • Trabajar en equipo: Trabajar con otros compañeros, es un aspecto muy importante. Se valora de manera positiva que la persona sea proactiva y favorezca un buen ambiente laboral
  • Habilidades comunicativas: Comunicarse adecuadamente y de manera efectiva en el contexto laboral, es una habilidad muy valorada, así como escuchar lo que nos dice nuestros clientes, nuestros compañeros y jefes. Esta habilidad, puede desarrollarse a lo largo de nuestra vida.
  • Iniciativa: Se refiere a la actitud por la cual la persona decide hacer algo con la esperanza de obtener algún tipo de resultado especificado de ella.
  • Gestión del estrés: El estrés laboral se ha convertido en una de las principales demandas en la consulta. Una buena gestión del estrés, nos permite identificar de manera precisa aquellas situaciones que lo generan y actuar de manera rápida y eficaz frente a ello.

Como puedes observar, son muchos aspectos los que influyen a la hora de desempeñar una función dentro del ámbito laboral. Este bombardeo de información, puede generar frustración, al no alcanzar los objetivos exigidos, así como incertidumbre de cómo mejorar o adquirir este tipo de habilidades. Recuerda que desde PsiqAT, a través de la práctica del acompañamiento terapéutico, podemos ayudarte a sacar todo tu potencial. ¡No dudes en contactar con nosotras!

Acoso laboral o Mobbing

¿Alguna vez has oído hablar del acoso laboral o “mobbing”? ¿Sabes en qué consiste? ¿Podrías explicar los diferentes tipos que existen y cuáles son las características de cada uno de ellos? Para saber más información sobre este término, te animamos a continuar leyendo este artículo.

El acoso laboral conocido como “mobbing” es un término que hemos escuchado con mayor frecuencia en los últimos años y se refiere a todas aquellas acciones ejercidas dentro del ámbito laboral encaminadas a intimidar, vejar, o degradar de manera consciente a un trabajador con el objetivo de perjudicarle en el ámbito laboral y conseguir que abandone la empresa. Este término se diferencia de la discriminación laboral, en que esta última, hace referencia a un trato desigual al trabajador a causa de diferencias físicas o culturales.

El mobbing laboral, se puede manifestar en distintas variantes, desde insultos, humillaciones, creación de rumores falsos, aislamiento del trabajador hasta la agresión física.

Durante el tiempo en el que se da el mobbing, la víctima suele entrar en un proceso en el cual al principio no se cree, niega o minimiza la situación para más adelante tomar conciencia.

Existen diferentes tipos de mobbing se puede presentar de dos maneras:

Según la posición jerárquica el mobbing puede ser:

Mobbing horizontal

Este tipo de mobbing se caracteriza porque el acosador y la víctima se encuentran en el mismo rango jerárquico, es decir, suele darse entre compañeros de trabajo y puede manifestarse por diversos motivos: desde enemistad hasta falta de trabajo o aburrimiento.

Mobbing vertical

Se caracteriza porque el acosador se encuentra en un nivel jerárquico superior y la víctima, por tanto, en un rango inferior. Dentro de este tipo de mobbing, existen dos clases:

Ascendente: Cuando un empleado de nivel jerárquico superior es atacado por un compañero del rango inferior.

Descendente o bossing: Se da cuando la persona de rango superior es la que ejerce el acoso.

Según el objetivo:

Mobbing estratégico

Este tipo es conocido como descendente o “institucional”, el cual forma parte de la estrategia de la empresa y cuyo objetivo suele ser que el acosado rescinda su contrato voluntariamente, para no pagarle la indemnización que le correspondería.

Mobbing de dirección o gestión

Este tipo de mobbing es llevado a cabo por la dirección de la organización, con el objetivo de maximizar la productividad de la empresa a través del miedo o porque el trabajador no cumple con las expectativas del jefe, entre otros motivos.

Mobbing perverso

Este tipo de mobbing está relacionado con la personalidad manipuladora y hostigadora del acosador. Este tipo de acoso es uno de los más difíciles de solucionar, ya que no se solventa modificando la dinámica laboral.

Mobbing disciplinario

Este tipo de acoso se emplea a través de la política del miedo y trata de conseguir que la persona acosada se ajuste al ámbito laboral y en caso de no ser así, emplear castigos disciplinarios. De esta manera, se procura infundir el miedo de manera indirecta al resto de trabajadores para que se ajusten a ello. Un ejemplo donde se ejerce este tipo de acoso es a trabajadores que tienen numerosas bajas laborales, entre otros.      

Algunas de las consecuencias para la persona son:

-Distorsiones cognitivas (fracaso, culpa…)

-Ansiedad

-Dificultad para mantener la atención

-Estado de ánimo depresivo

-Pérdidas de memoria

-Pensamientos recurrentes.

 

Si sientes que te encuentras en esta situación o conoces a alguien que lo pueda estar sufriendo, desde PsiqAT a través de la práctica de Acompañamiento Terapéutico, podemos ayudarte. No te lo pienses más y contacta con nosotras.